El testamento que nunca escribió y el lío que dejó detrás
Prince era perfeccionista, meticuloso y exigente (eso decían de él, yo nunca lo conocí)
Cada nota de sus discos, cada movimiento en el escenario, cada detalle de su imagen… estaba bajo su control.
Todo.
Excepto lo más importante, su legado.
Cuando Prince murió en 2016, el público en general se quedó helado y su familia atrapada.
No había testamento ni nada que dijera qué hacer con su fortuna de más de 150 millones de dólares.
Y entonces vino lo previsible:
Parientes lejanos que aparecieron de la nada pidiendo “lo que le prometió”, años de juicios, unas minutas de abogados tan grandes como el Empire State y una familia rota.
Todo porque alguien que controlaba cada centímetro de su carrera, no dejó ni una palabra escrita sobre lo que más importaba: su herencia.
Pero este error no es solo de Prince, es muy pero que muy común, lo comete cualquiera. Pero hay un error más sutil todavía y que puede pillarte “con los calzones bajados” incluso si eres medio previsor/a y puede generar situaciones mucho peores.
Esto le pasó a Kobe Bryant, te lo cuento en este email.
Y de verdad, no es nada raro.
Te casas, te separas, tienes hijos, compras una casa… y tu testamento sigue igual que hace diez o quince años.
¿Sabes qué pasa entonces?
Que se aplica lo que pone, aunque ya no tenga sentido.
Hace unas semanas estaba almorzando en un sitio pijo de Madrid con una amiga, ella también tiene varios libros a la venta y le comentaba que estaba escribiendo mi segundo libro con un enfoque muy atractivo para el lector.
Tras hablar un rato de él, me dijo.. Angelito creo que tengo que cambiar mi testamento.
Yo ya sabía que había rehecho su vida dos veces pero desconocía que todavía nombraba heredero a su primer marido…
Sí, despues de varios años todavía era su heredero y ya no tenían relación alguna.
Imagina la liada si muere. Empezaría el lío.
Y de esto tampoco te salva nadie, el Código Civil regula lo que pasa si mueres sin testamento pero si tienes un testamento con olor a naftalina se aplica y te jodes.
La solución es sencilla. Pero hay que hacerla.
Todo esto lo explico con detalle en este libro (que ya puedes comprar en Amazon) y te lo cuento con casos reales, súper prácticos y con lenguaje claro.
Si no quieres que tus seres queridos acaben años peleando por no haber actualizado un papel… hazlo hoy.
En este ciclo de mayo estamos viendo los errores más comunes, la semana que viene hablamos de algo delicado: Desheredar. ¿Se puede? ¿Cómo? ¿Cuándo?
Y qué ocurre cuando lo haces mal.
Ángel.
Cada sábado mantengo una conversación secreta, contesto una pregunta de forma anónima, la siguiente… ¿Será la tuya? Envíala de forma anónima por aquí.